Se trata de Dios

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“No se trata de mí”  Esa expresión es fuerte cuando nacimos en un mundo donde nos hicieron creer que todo era para nosotros – va en nuestro ADN- esa tendencia que nos condujo a patalear desde la niñez como si el universo estuviera nuestros pies,  disponiendo cada minuto a nuestro servicio.

Por si eso fuera poco, nos casamos con una persona que sugerimos es una varita mágica que “cumplirá nuestros deseos”; no importa a donde nos conduzca, queremos estar en el centro de la atención. Los halagos son deleitosos, el aplauso nos motiva, y cuando nos encontramos con un Dios que nos muestra su amor, puede que seamos tan perversos que pensemos que él es un nuevo “asistente” -¡Que fortuna!- un asistente todo poderoso, un genio de la lámpara, un ser que al fin cumplirá lo que el balón de soccer  a los ocho años no pudo…¡Pero! Lejos de eso, no es la clase de Dios que surge como producto de nuestro capricho; no es lo que siempre has deseado en la vida; pero cuando lo pruebes no podrás  no desearlo, no es  quien “cumple sus sueños”, pero si es aquel que ha cumplido todos los suyos, le tengo una noticia, este universo se trata de él, no de usted.

Giramos en torno a lo que Él es, lo que Él hace, lo que Él piensa ¿Y mi opinión?, ¿Y mis sueños?… El evangelio deja bien claro lo que tiene usted qué hacer con cada parte de su vida: “El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”. ¿Lo comprende?

El sol cada mañana no sale para que usted se sienta satisfecho de lo importante que es  al tener un sol propio, al contrario, el sol le estará gritando que existe alguien más fuerte, más inteligente y menos arrogante que usted.

Cada primavera los botones de las flores abrirán y cada una de ellas le estará gritando ¡Él es digno de ser reconocido!, cada hoja cae en otoño por la simple razón que pretende con toda su  delicadeza agradar a su creador,  los pájaros emigrarán obedientemente cada estación porque una fuerza soberana pide ser agradada, la llegada de la lluvia y de la nieve le están gritando que Dios debe ser admirado. ¿Y usted? Usted está dentro de este universo y  no es suyo, no es de usted ni para usted, no se trata de usted, se trata de Él. Tendrá la opción de negarle o ser parte de Él.

Si después de todo usted creyera en un Dios ególatra solo recuerde esto: que ególatra es aquel que hace  promoción de lo que no posee;  pero piense, todo es de Dios, así que el presume en su derecho de pertenencia, ¿Quién le dirá eso no es tuyo? ¿Quién le dirá  no presumas?Su presunción divina es verdad, es uno de los derechos que Dios tiene y nunca podrá compartir con un humano, ese derecho de jactarse por ser glorioso -que por si fuera poco- ¡Es verdad! Él es glorioso y no miente cuando lo dice, no puede usted negarlo; si el dijera que no es glorioso sería tan mentiroso como usted y yo cuando creemos que si lo somos, pero afortunadamente el si lo es y no le afectan los aplausos, Él está bien colocado. Por lo tanto, no procuremos colocar a Dios en un sitio de nuestra vida junto al fútbol  o en un buen estuche de hobbies, no coloquemos a Dios alrededor de nuestra vida, coloquemos  nuestra vida alrededor de la gloria de Él, y recuerde:

Su vida se trata de Él…

Se trata de Tí

Nada hay en mi,
todo eres Tú.
Nada soy sin Tí,
mi universo eres Tú.

Todo lo que soy te lo debo a Tí,
hermoso Dios.
Todo lo que soy te pertenece a Tí,
Glorioso Rey.

Se trata de Tí, todo es para Tí
Sólo por tu sangre vivo estoy.
Se trata de Tí, todo es para Tí,
Creador y Salvador.

Todo es para Tí,
porque todo es por Tí
Todo es para Tí,
porque todo es por Tí
Tuyo soy Señor,
te pertenezco a Tí.

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